Oración con el corazón profundo (1)

Elva Sánchez de Cáceda

Cierto día salía de Misa, era verano, el reloj marcaba las 6:45 de la tarde, cuando descendía las escalinatas de la Catedral, de repente miré al cielo y por primera vez descubrí un cielo turquesa, nubes blancas de formas hermosas, bañado por rayos solares rojizos que pintaban el cielo. Me quedé maravillada, este paisaje me tocó lo más profundo de mi corazón, el Señor me ESTABA ENSEÑANDO A ORAR CON EL CORAZÓN PROFUNDO y despertó en mí el deseo de alabarlo, bendecirlo, y agradecerle. Le dije Señor Todopoderoso, eres Bueno, Dios Creador cuántas cosas bellas has hecho para tus hijos, cuánta belleza has creado para mí, porque me amas, así caminando hacia mi consultorio, tuve un momento de intimidad, un momento intenso de oración con Él. Cuando preparaba el Rollo Estudio, aprendí que en esa experiencia el Señor me HABÍA ENSEÑADO A ORAR CON LA NATURALEZA, y relaté esa vivencia durante el desarrollo del Rollo Estudio.

Podemos orar con la naturaleza gozando de la presencia de un hermoso paisaje, o del majestuoso mar, y brotará en nosotros una expresión de amor, gratitud, alabanza a Dios. Tal como nos dice el Salmo 104, versículo 24: ¡Señor, qué numerosas son tus obras! Todas las has hecho con sabiduría, de tus criaturas la tierra está repleta. También podemos orar con el Salmo 8, cuyo primer versículo nos dice: ¡Oh Señor, nuestro Dios, que grande es tu nombre en toda la tierra! Y tu gloria por encima de los cielos (1). Dios en su infinita bondad nos hará experimentar su grandiosidad, bondad y la inmensidad de su amor.

El Padre Jacques (2), en su libro “No le digo nada, sólo lo amo”, nos dice: “También Dios algunas veces, entra por la puerta grande. Se manifiesta a nuestra sensibilidad, que le corresponde con la alabanza y la exultación. Luego, a medida que se convierte en un visitante más de la casa, a medida que nos acostumbramos a sus visitas, se produce una clase de bloqueo emocional. Su llegada es entonces un momento en el que no sucede nada, sólo nos invade un sentimiento de paz”.

El Padre Slavko (3) comenta “que la oración con el corazón cambia a la persona, a través de la acción del Espíritu Santo y que proporciona descanso al alma”.

San Francisco (4) es conocido como el hermano universal, como un hombre de paz y de reconciliación, como el cantor de la creación. Pidamos al Espíritu Santo que ore con nosotros, el hermoso Cántico de San Francisco y que nos conceda las gracias necesarias para ser los servidores humildes de Dios en el Movimiento de Cursillos de Cristiandad.

Cántico de las criaturas

Altísimo, omnipotente, buen Señor,

tuyas son las alabanzas, 

la gloria y el honor y toda bendición.

A ti solo, Altísimo, te corresponden
y
ningún hombre es digno de pronunciar tu nombre.



Loado seas, mi Señor, con todas tus criaturas,

especialmente el señor hermano sol,

él es el día y por él nos alumbras;

y es bello y radiante con gran esplendor:

de ti. Altísimo, lleva significación.



Loado seas, mi Señor, 

por la hermana luna y las estrellas:

en el cielo las has formado 

claras y preciosas y bellas.



Loado seas, mi Señor, por el hermano viento,

y por el aire y el nublado y el sereno y todo tiempo,

por el cual a tus criaturas das sustento.



Loado seas, mi Señor, por la hermana agua,

que es muy útil y humilde y preciosa y casta.



Loado seas, mi Señor, por el hermano fuego,

por el cual alumbras la noche:

y es bello y alegre y robusto y fuerte.



Loado seas, mi Señor, 

por nuestra hermana la madre tierra,

que nos sustenta y gobierna

y produce distintos frutos 

con flores de colores y hierbas.



Loado seas, mi Señor,

por los que perdonan por tu amor

y sufren enfermedad y tribulación.

Bienaventurados aquellos que las sufren en paz,

pues por ti, Altísimo, coronados serán.



Loado seas, mi Señor,

por nuestra hermana la muerte corporal

de la cual ningún hombre vivo puede escapar.

¡Ay de aquellos que morirán en pecado mortal!

Bienaventurados 

los que encontrará en tu santísima voluntad,

pues la muerte segunda no les hará mal.



Load y bendecid a mi Señor,

y dadle gracias y servidle con gran humildad.



Referencias:

1. Salmos 8 y 104: En La Biblia Latinoamericana. 49¬ª Ed. San Pablo, Editorial Verbo Divino, Navarra, España, 1995.

2. Padre Jacques. No le digo nada, solo lo amo. Ed. Bellarmin, San Pablo, 2004.

3. Padre Slavko Barbariae. Ora con el corazón. En: http://www.fcpeace.com/store/spaslavko.html

4. San Francisco de Asís. Cántico de las criaturas. En: http://www.ofm.org/francesco/pray/indexSP.html

¡DE COLORES!