sábado, 29 de mayo de 2010

La oración del dirigente en el MCC (2)


Elva Sánchez de Cáceda
El Señor en su infinita bondad nos invitó a vivir un Cursillo para decirnos ¡cuánto nos ama!, en el Rollo Piedad (1) nos dijo que la santidad es asequible a todos luego nos invitó a permanecer con Él y trabajar por Él, para Él y con Él en el Movimiento de Cursillos de Cristiandad.
IFMCC (1) en el numeral 408 nos dice que el dirigente es todo creyente que intenta una coherencia entre su fe y su vida, poniendo a contribución sus talentos, sus carismas y sus circunstancias. Todo cursillista es un dirigente en potencia, un cristiano responsable, consecuente, comprometido.
Desde luego que no estamos solos, el numeral 410 de IFMCC dice…Pablo VI enumera entre los valores del evangelizador, el sentirse humildemente bajo el aliento del Espíritu, el ser testigos auténticos, el ir a la búsqueda de la verdad y la unidad, y el caminar animados por el amor, con el fervor de los santos.
Madre Teresa de Calcuta dice. “Hoy la Iglesia necesita santos … Cada uno de nosotros tiene la posibilidad de ser santo y el camino a la santidad es la oración. La santidad es para cada uno de nosotros un sencillo deber” (2).
Eduardo Bonnín (3), manifiesta: “Conectado con la fuerza divina que obra en los sacramentos, el cursillista va descubriendo que si él va aportando su ilusión, su entrega y su espíritu de caridad, viviendo en gracia, va comprobando que, salvando todos los avatares y aventuras del vivir, lo más importante es la vida, el hecho de vivir, lo que le impulsa a vivir agradecido…”
La misión que Cristo nos ha encomendado es un trabajo de gracia, y con Su gracia lograremos éxitos para Dios más allá de lo que podamos soñar. Razón por la cual es necesario para el cursillista la preparación tanto próxima como remota. La remota, no sólo para ir conociendo y asimilando el contenido y el objetivo de los Rollos, sino también para profundizar la adecuación de su vida a las exigencias de la Palabra. Sólo así, quienes deben cargar con las distintas proclamaciones, sabrán qué decir, como decirlo y con qué facilidad decirlo. (1).
Por su parte, el Secretariado Arquidiocesano de Piura (4), en la exposición del tema “Necesidad de intensificar la oración en el cursillista”, dado en la XVIII Asamblea Nacional del MCC, resalta la importancia de la oración para el crecimiento de nuestro Movimiento. Manifiesta que es necesario intensificar nuestra oración personal y comunitaria, a ejemplo de las primeras comunidades. Para que en todo momento vivamos unidos en el auténtico Amor y seguir evangelizando con ese nuevo ardor. Haciendo nuestras las palabras de Benedicto XVI en su discurso inaugural de la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano del Caribe :“Llevar en nuestro mensaje el rostro de Jesucristo vivo a un mundo fracasado donde la globalización, lejos de integrar para crecer, busca envolver para explotar”
Fray Salmani (5) dice: “La Iglesia y sus movimientos operan como un cuerpo. Cada miembro o célula tiene una función en el cuerpo. Cada función es diferente y cada parte no funciona de cualquier manera…Cada persona tiene su propia función. ¿Cómo se mantiene esta estructura unida? Se mantiene unida por el poder unificador de Jesús. Estando atentos a la Cabeza, cada miembro del Cuerpo desempeña su propia función; y ¿cuáles son las reglas de orden dentro del Cuerpo de Cristo? Muy sencillamente para que el Cuerpo de Cristo funcione aproximadamente, sus líderes se tienen que concernir con el servicio, autoentrega y sacrificio, no con la posición social y el reconocimiento”.
Continua diciéndonos que San Pablo nunca dice que la Iglesia es una organización. Cuando la Iglesia funciona como una organización, encontraremos grupos excluyentes, corrillos, lealtad a cierto pastor, sacerdote o individuo. Nuestra única lealtad debe ser con Jesucristo. Es por eso por lo que San Pablo se enfada con la Iglesia de Corinto cuando los encuentra divididos, un grupo siguiendo a Pedro, otro grupo siguiendo a Apolo y otro grupo siguiendo a Pablo. Este tipo de división ocurre cuando ya no funcionamos como un solo cuerpo. Cuando la Iglesia marcha como una organización, inevitablemente se enferma. Como dirigentes del Cursillo, nuestra preocupación no puede ser dónde está mi rango o cuántos títulos tengo. La pregunta que debe hacerse es, “¿Estoy desempeñando mi función dentro del Cuerpo de Cristo correctamente?” Si la contestación es “sí”, entonces no tendremos el conflicto y la división que existe en muchos grupos. Los celos serán eliminados, y nos regocijaremos del bien que cada miembro del cuerpo puede hacer.
En esta línea, el Documento de Aparecida (6), numeral 240 relata: “Una auténtica propuesta de encuentro con Jesucristo debe establecerse sobre el sólido fundamento de la Trinidad-Amor. La experiencia de un Dios uno y trino, que es comunidad y comunión inseparable, nos permite superar el egoísmo para encontrarnos plenamente en el servicio al otro”.
Escribe Fray Salmani, “frecuentemente, somos nuestros propios enemigos. Satanás no sólo tratará de destruir la Iglesia solamente por fuera. Él es el maestro de conflictos y divisiones, y las organizaciones son terreno fértil para tal discordia… La misión de Cristo tiene que ver con espíritu de fe, que nos empuja a llevar la Buena Nueva a todos. La misión de Jesús está basada en una declaración sencilla pero profunda: “¡Reformen su vida! ¡El Reino del Cielo está cerca! Nuestra función es vivir ese mensaje cada día de nuestra vida… En la medida que cada discípulo siga el llamado de Dios –en esa misma medida el Cuerpo de Cristo será fuerte, sano y vibrante- un Evangelio viviente para que todo el mundo lo vea y lo escuche”.
Confiemos en Jesucristo, que nos invitó a vivir un Cursillo, Él sólo espera que deseemos orar, para enviarnos Su Espíritu que nos ayudará a progresar en nuestra conversión, y llenos de Su Amor nos comprometernos con Cristo y los hermanos. El Espíritu Santo nos conducirá a llevar al mundo el testimonio de Jesucristo y a ser fermento del amor en la sociedad.

¡DE COLORES!

REFERENCIAS
1. Ideas Fundamentales del MCC. Organismo Mundial de Cursillos de Cristiandad. 2a Redacción, 1990. 2a Edición Venezolana de la Edición Típica. Ed. Trípode, 1992, p.127, 132-133, 105.

2. Raniero Cantalamessa. Un Profeta de nuestro tiempo. Renovación Carismática Católica. Lima 2005, p. 105.

3. Eduardo Bonnín. Mi testamento espiritual. Palma de Mallorca, Fundación Eduardo Bonnín Aguiló, 2008, p. 40.

4. Secretariado Arquidiocesano de Piura. Necesidad de intensificar la Oración en el Cursillista. XVIII Asamblea Nacional del Movimiento de Cursillos de Cristiandad, Arequipa, 2009, p. 1.

5. Fr. Frank S. Salmani. ¿A quién enviaré? Discerniendo la voluntad de Dios. Publicaciones Nacionales Ultreya, Dallas, Centro Nacional de Cursillos, USA, 2001, p. 85-87.

6. Aparecida. V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, 1» Ed, Lima, Paulinas. Discurso Inaugural de su Santidad Benedicto XVI. 2007, 4, p.127.


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