jueves, 2 de septiembre de 2010

La importancia de la oración en la marcha del MCC


Somos conscientes que cuando los dirigentes nos reunimos en las Asambleas Nacionales nos alegramos porque tenemos tiempo fuerte para orar, estamos contentos por el hecho de reencontrarnos o conocernos. Nos reunimos para evaluar la marcha del MCC en sus tres tiempos, e intercambiar experiencias. Tomamos decisiones para la mejora del trabajo para el Señor y los hermanos.

En las Asambleas Nacionales, también experimentamos, que los acuerdos y recomendaciones dadas en los Encuentros Regionales y Asambleas nacionales previas, Encuentros Latinoamericanos y Mundiales, no los hemos trabajado como deberíamos y nos encontramos frente a las mismas debilidades...

Nos interpelamos, ¿Nosotros los dirigentes no le ponemos el empeño que nos mostró Cristo? Si prestamos atención observamos la estrecha relación de amor que tuvo Jesús con su Padre: “Yo he venido a cumplir la voluntad de mi Padre”.

Pensemos en el ejemplo que nos trazó nuestro patrono Pablo y preguntémonos ¿De dónde brota su amor, fortaleza, fuerza operante y activa, dinamismo creador, impulso todopoderoso? Luego del encuentro con Cristo Resucitado, tuvo claro el camino que debía seguir y lo siguió. Experimentó lo que nos señala el Evangelio y lo que nos recuerda el Documento de Aparecida en el numeral 243: “No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva” (1).

Nosotros, luego de nuestro encuentro con Cristo, nos acercamos al Señor para decirle cuanto lo amamos, para agradecerle su amor, y su bondad porque ya “vemos” cómo va actuando en nuestras vidas. Le pedimos Su Luz para ser cada día sus Apóstoles, para que cada acto de nuestra vida, sea el de un hijo de Dios, es decir, que siempre, siempre hagamos su voluntad.

Una debilidad en nuestro caminar espiritual, puede ser la comunicación adecuada con Dios, punto tratado en el tema “Necesidad de la Oración” por el Secretariado de Piura, en la XVIII Asamblea Nacional del MCC, realizado en Arequipa (2). Tal vez oramos, asistimos a la Eucaristía, es decir, CUMPLIMOS CON UNA LISTA DE CHEQUEO DE ACTIVIDADES RELIGIOSAS, pero no nos damos la oportunidad para escuchar al Señor, ya que Él desea mejorar nuestra vida interior, corregirnos, orientarnos para hacer el trabajo divino que nos ha encomendado…

Para relacionarnos con Él, es necesario llegar a nuestro corazón, lugar donde Dios reside. Él trata de hacerlo, pero si nuestro centro afectivo, nuestros sentidos espirituales están apagados e inactivos, no oiremos. Pues todas las facultades estarán concentradas en la materia gris (3).

Los dirigentes del MCC, nos señala IFMCC (4) en el numeral 327, tienen y deben tener fe en la oración, creen y deben creer en el poder insustituible de la oración, saben y deben saber que de ella depende la eficacia para la conversión, que Dios da a los que piden.

Tenemos que acogernos a lo ofrecido por el Señor: “Me buscarán y me hallarán, porque me habrán buscado de todo corazón. Y yo me dejaré encontrar por ustedes” (Jr 29, 13-14).

Él nos habla a nuestro corazón. Si el corazón profundo es una especie de “organismo espiritual”, la experiencia enseña que el corazón está dotado de sentidos espirituales. Se habla del alma que tiene sentidos, que corresponden a los sentidos corporales, permitiendo “ver” la presencia invisible de Dios, “gustar” su indescriptible sabor, “tocar” su impalpable acción, “respirar” su incomparable aroma. En otras palabras de “oír” su inaudible respuesta (5). Es a estos sentidos espirituales a los cuales Dios se dirige y son ellos primeramente los que están acondicionados para percibirlo.

Es una presencia que se percibe y manifiesta al interior. Dios se dirige a nosotros, no a través de nuestros sentidos exteriores , sino volviéndose sensible al corazón despierto.

Todos nosotros hemos experimentado los sentimientos de dulzura y de gozo, de calma y de serenidad, luego de recibir a Jesús Vivo en la Eucaristía, o al orar, en fin el Señor tiene muchas formas de hacerse presente. Esos sentimientos hacen parte de los elementos de “su respuesta”. “Es en soberana paz y en profunda tranquilidad que el alma debe prestar oído a todo aquello que Dios dice en ella…. Son palabras de paz, de luz, que Dios pronuncia” (6).

IFMCC (7), en el numeral 71, nos dice: “El MCC únicamente crecerá en su Mentalidad y conservará dicha Mentalidad, si en el seno del mismo actúa un grupo de dirigentes que la posean, y la vivan, y la comuniquen por vía de un contacto coherentemente explicitado. Personas que, además de conocerla y explicitarla, la hayan incorporado tan vitalmente, que la conviertan en elemento fermentador”.

En esta línea, Fray Salmani (8) en el libro ¿A quién enviaré? Discerniendo la voluntad de Dios, resumiendo el tema, Esencias e Incidentales, nos dice:

1. La mentalidad del Cursillo trata de las cosas que son esenciales a la vida cristiana:

a. El amor de Dios a nosotros y nuestra fe a ese amor.

b. Siendo un cristiano auténtico.

c. Haciendo amigos con el mundo para transformarlo.

d. Edificando comunidades cristianas.

e. Fomentando una conversión progresiva.

f. Piedad, Estudio, Acción, Reunión de Grupo y Ultreya.

g. Entrega a servir a Cristo y los unos a otros.

2. Hay incidentales que pueden deformar nuestra dirección y aspecto en el Movimiento de Cursillo:

a. teniendo una mentalidad centrada sólo en “los tres días de Cursillo”.

b. Preocupación con resultados/éxitos visibles.

c. Preocupándose por números o cantidades.

d. Fidelidad a ciertos líderes, en vez de fidelidad a Cristo y Su obra.

e. Creyendo que una persona es indispensable.

3. Podemos mantener lo esencial en dirección si recordamos que somos servidores de Cristo llamados a continuar el trabajo del apostolado.

Queridos hermanos siempre contaremos con la gracia del Señor, nos lo ofreció en la Clausura cuando el sacerdote nos dijo:”Cristo cuenta contigo” y nos comprometimos cuando le respondimos “Y yo con su gracia”. Apoyémonos en la Gracia ofrecida por Cristo y consultémosle acerca del trabajo apostólico al que Él nos ha escogido.

Supliquemos al Espíritu Santo nos regalé la luz para ser cada día mejores servidores de Cristo. En esta oportunidad, con la finalidad de ponernos a los pies del Señor, y tener un hermoso tiempo de oración y estudio, les enviamos en archivos adjuntos, estos documentos:

1. Tema “Necesidad de la Oración”. El documento final de la XVIII Asamblea Nacional del MCC, Arequipa del 27 Al 30 De Agosto 2009 (9).

2. Documento Final sobre los tres Tiempos del Cursillo, XVIII Asamblea Nacional, Arequipa (10).

¡DE COLORES!

REFERENCIAS

1. Aparecida. V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, 1­ª Ed, Lima, Paulinas. 2007, 6, p.128.

2. Tema “Necesidad de la Oración”. Tema de la XVIII Asamblea Nacional del MCC, Arequipa del 27 Al 30 de Agosto 2009. p. 1.

3. Padre Jacques. No le digo nada, solo lo amo. Ed. Bellarmin, San Pablo, 2004, p. 61.

4. Ideas Fundamentales del MCC. Organismo Mundial de Cursillos de Cristiandad. 2a Redacción, 1990. 2a Edición Venezolana de la Edición Típica. Ed. Trípode, 1992, p.114.

5. Karl Rahner. Citado en 3. p.59.

6. San Juan de la Cruz. Citado por 3, p. 59.

7. Ideas Fundamentales del MCC. Organismo Mundial de Cursillos de Cristiandad. 2a Redacción, 1990. 2a Edición Venezolana de la Edición Típica. Ed. Trípode, 1992, p. 36.

8. Fr. Frank S. Salmani. ¿A quién enviaré? Discerniendo la voluntad de Dios. Publicaciones Nacionales Ultreya, Dallas, Centro Nacional de Cursillos, USA, 2001, p. 119-126.

9. Tema “Necesidad de la Oración”. El documento final de la XVIII Asamblea Nacional del MCC, Arequipa del 27 Al 30 De Agosto 2009.

10. Documento Final sobre los tres Tiempos del Cursillo, XVIII Asamblea Nacional, Arequipa.

Elva Sánchez de Cáceda

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